Como parte de los Desayunos Mineroenergéticos, el presidente de la SNMPE Raúl Jacob presentó evidencias sobre la relevancia de priorizar la inversión de proyectos de minería, hidrocarburos y energía.
Pese a las consecuencias negativas de la pandemia para la economía nacional, el sector minero energético se ha recuperado de manera gradual y, de esta forma, ha reafirmado su importancia para que no se frene el crecimiento del país. “En los últimos 10 años, el sector generó 12% del PBI nacional y representó dos tercios de las exportaciones totales del Perú. También representó el 23% de la inversión privada y aportó el 41% de la recaudación de Impuesto a la Renta de las empresas, regalías y otros tributos especiales”, señaló.
Minería y proyectos
Con respecto a la industria minera, Jacob resaltó que el impacto de la pandemia afectó a la minería. “El PBI minero tuvo un gran bajón, llegando a reducirse a prácticamente a la mitad de lo que se producía normalmente. Sin embargo, en los últimos meses se registró una recuperación relativamente rápida. El sector minero energético representa el 66% de las exportaciones”, explicó Jacob.
Sobre las perspectivas presentadas, Jacob resaltó que, a pesar de los buenos precios de los metales que produce el Perú, aún no hay mayor avance respecto de la inversión minera. “Los minerales dieron la vuelta a sus precios, empezando un ciclo alcista. En el caso del oro, la plata, el cobre y el zinc, sus precios subieron a montos importantes. Esto se refleja en las exportaciones de minerales por encima del promedio previo a la pandemia. Sin embargo, lo que representa un serio desafío para el siguiente Gobierno es la inversión minera. El nivel de inversión ha caído durante los últimos años. Actualmente, solo hay dos grandes proyectos en construcción: Quellaveco y Mina Justa. Terminamos esos dos proyectos y no habrá nada más en ejecución. Lo que veríamos en inversión minera se trasladaría solo a capital de mantenimiento o de reposición”, expresó.
“Ahora los precios son favorables para que los proyectos se encaminen. Estoy seguro de que, con los precios que tenemos de los metales, iremos bastante bien en los próximos trimestres, siempre y cuando las condiciones del país permitan más inversiones. Para la lucha contra el cambio climático se necesitan los minerales que tiene el Perú”, agregó. Ello, debido a que la mayoría de iniciativas tecnológicas globales para revertir el cambio climático usarán soluciones que emplean los metales que produce el país.
Por otro lado, Jacob resaltó el nivel de descentralización de la inversión minera. “A pesar de que las inversiones bajaron, hay más de US$ 56 mil millones en la cartera de proyectos mineros del MINEM. Son 46 proyectos en 17 regiones del país, 36 de ellos son greenfield, es decir, se abrirá una operación minera por primera vez. Mientras que 10 son brownfield o expansiones. De los proyectos que demandan mayores montos de inversión (US$ 41 mil millones), varios están bastante avanzados”, indicó.
Al contrario de lo que se cree, la inversión en el sector ha caído 40% comparando los dos últimos quinquenios (2011-2015 vs. 2016-2020). “Son US$15,000 millones que se han perdido con esta caída. Ese dinero hubiera generado otras inversiones en otros sectores. Por ello creemos que la inversión en minería necesita de un nuevo impulso”, declaró.
Hidrocarburos en salmuera
Para el presidente de la SNMPE, el sector Hidrocarburos tiene el panorama más complejo, ya que previamente a la pandemia, arrastraba un bajón significativo.
“Lamentablemente, a pesar de todas las cosas positivas que han generado en los últimos años, los hidrocarburos están pasando por una situación muy complicada. Venimos de una reducción muy importante en el PBI de hidrocarburos. Por mala fortuna, se juntaron varios elementos. El 2019 uno de los puntos negativos era el bajo precio internacional del petróleo y esto afectó al sector productor de petróleo y derivados. El sector no se ha podido recuperar”, señaló.
Asimismo, Jacob apuntó sobre la falta de inversión en el sector durante la última década. “Pese a tener una buena base de producción de gas y petróleo, en algunas partes del país hay un retroceso. Las inversiones del 2020 fueron 60% menores que las del 2019. Si no hay exploración, no hay descubrimientos y, sin ellos, no hay producción. Ha sido una mala década para el sector hidrocarburos: se redujo la producción de petróleo en 43% entre 2011 y 2020, la cantidad de pozos perforados cayó en 84% en el mismo periodo y no se ha realizado sísmica 3D en los últimos seis años. El país debe tomar una decisión, está perdiendo una gran oportunidad”, dijo.
Igualmente, Jacob destacó los proyectos para el presente año. “En cuanto a los proyectos más relevantes, Perúpetro estima licitar cinco lotes; está en construcción la nueva Refinería de Talara; hay un proyecto de masificación del gas natural en siete regiones, con una inversión de más de US$ 200 millones; y está también el Sistema Integrado de Transporte. Pero somos un poco escépticos sobre si estos proyectos avanzarán en los próximos meses”.
Energía para todos
En cuanto al sector energético, “tenemos noticias gratas. Hoy, 96% de los peruanos tiene acceso a la electricidad. Todo esto ha sido desarrollado con un gran esfuerzo del sector privado. Asimismo, la producción de electricidad se ha triplicado en los últimos 20 años. Mientras que, en las zonas rurales, el acceso se ha cuadruplicado”, comentó el presidente de la SNMPE.
Sobre el efecto de la pandemia en el sector, Jacob indicó que, igualmente, este se vio afectado “frente a la caída de la demanda causada por la suspensión de actividades ante la cuarentena 2020. El PBI eléctrico también tuvo un bajón significativo, de 30% en su peor momento. Esto ha ido recuperándose poco a poco”.
El sector energético tiene una cartera de proyectos interesante: casi US$ 8,500 millones, distribuidos en 62 proyectos ubicados en 22 regiones del país, muchos de ellos usando fuentes de energía limpias. Es un sector descentralizado. El 67% de las inversiones están destinadas a centrales hidroeléctricas. Si bien dependemos del gas natural, la base de la inversión es la hidroenergía. Eso nos brinda una protección respecto de lo que puede ocurrir con los precios del gas natural, el petróleo y otros combustibles”, aseveró.
Al igual que la minería, si se comparan las inversiones en energía entre los periodos 2012-2015 y 2016-2019, estas han registrado una caída de 54%, un retroceso de US$ 5,780 millones, que hubieran dinamizado aún más esta industria.
Finalmente, resaltó la importancia de que el país priorice la inversión en los proyectos mencionados.
Los Desayunos mineroenergéticos son organizados por Minergy Connect, la plataforma de innovación de la SNMPE. (Fuente: Revista Desde Adentro)
El pasado jueves 18 de marzo, Minergy Connect, la plataforma de innovación de la SNMPE, organizó el webinar “Retos tecnológicos del sector minero energético del Perú 2021”, como una suerte de repaso de los desafíos que tienen entre manos para este y los próximos años.
“Si bien el sector minero energético empezó su modernización tecnológica hace algunos años, impulsando la transformación digital, la adopción de procesos automatizados y la ciberseguridad, definitivamente el 2020 ha sido como poner un pie en el acelerador para transformar con mayor velocidad la forma cómo operamos en la industria”, comentó Luis Felipe Gil, gerente del Sector Proveedores de la SNMPE. A continuación, un repaso de los retos que mencionaron los especialistas.
Durante el webinar, se anunció la incorporación de PromPerú, WIM Perú y WIN SPE Sección Lima como organizaciones aliadas de Minergy Connect.
Minería subterránea
Edward Alarcón, presidente del Comité de Tecnología e Innovación de la SNMPE, refirió que en la minería subterránea la conectividad sigue siendo la necesidad más importante. “Las capacidades de comunicación dentro de la mina son vitales para la automatización”, dijo. Estas capacidades de conectividad también son importantes con las comunidades, así como la bioseguridad, para asegurar la salud en tiempos de pandemia y anticiparse a rebrotes antes de que se paralicen las operaciones.
“En automatización de procesos, hay que aumentar la velocidad de despliegue de soluciones y promover una cultura de innovación para aprovechar mejor la tecnología”, aseguró Alarcón, para quien la ciberseguridad se mantiene entre las prioridades, pues cada vez más la industria trabaja de manera remota. Otros desafíos son la agilidad, pues hay más presión para entregar productos con mayor rapidez y digitalizar todo tipo de procesos en todas las áreas. Finalmente, la analítica de datos y la exploración de soluciones de Inteligencia Artificial (IA) o Machine Learning también resultan claves, en especial para facilitar la búsqueda de nuevos yacimientos.
Minería de tajo abierto
Rafael Estrada, vicepresidente del Comité de TI de la SNMPE en el sector minero, repasó las tecnologías que el Foro Económico Mundial considera con mayor potencial para la minería: automatización, robótica, hardware para optimizar operaciones o hacer posibles operaciones que hoy son inviables, una fuerza laboral habilitada para el uso de herramientas digitales; una empresa integrada con plataformas y ecosistemas; y el componente de analítica de nueva generación y soporte a la toma de decisiones. “Todas estas grandes áreas temáticas representan una oportunidad para nuestro sector. Elegir cuál es la más adecuada para cada una de nuestras operaciones ya depende de la realidad particular y de las prioridades específicas que cada operación tenga”, señaló.
Puntualmente, para el 2021 los retos abarcan un enfoque en la IA, la colaboración y un espacio importante para los proveedores de TI que acompañan a las empresas en el desarrollo e implementación de estas soluciones. Otros desafíos importantes son trabajar en el enfoque de personas y computadoras como “supermentes”, la ayuda de la tecnología para superar las restricciones que impone la COVID-19 y la ciberseguridad, pues la pandemia fue aprovechada por muchos ciberatacantes que empleaban este tema como plataforma de ataque a los usuarios.
Energía
Silvia Dioses, vicepresidenta del Comité de TI de la SNMPE en el sector eléctrico, comentó por su parte que los avances tecnológicos, el cambio climático, los cambios demográficos, la transformación del poder económico y el proceso de urbanización están obligando a la industria energética a cambiar, ello a partir de cinco estrategias conocidas como las “5D”: la digitalización, la descarbonización, la descentralización, la disrupción de la demanda y la desregulación.
Y si bien en el Perú, a lo largo de los últimos 30 años, se ha conseguido que cerca del 96% de la población tenga acceso a electricidad, los cambios de la industria apremian, pues exigen que se deje de lado un sector que tradicionalmente genera, transporta y distribuye energía a uno que trabaje más en red, sea más amigable ambientalmente y más digital. “Nuestro desafío es darle mucha confiabilidad al sistema, a la par que migramos hacia un esquema más moderno, eficiente, confiable, con seguridad más avanzada y más flexible en un entorno donde hay muchos desafíos ambientales, prediales, sociales, brechas y mayores expectativas de la sociedad”, explicó Dioses.
Este desafío, en palabras de la ejecutiva, se logra desarrollando nuevas capacidades con un rol distinto del área de tecnología, como una que articula a otras, explora nuevas posibilidades, y tienen foco en cinco temas clave: competitividad, productividad, mejores servicios, capacidades de transformación digital para las personas y ciberseguridad.
Hidrocarburos
Finalmente, Alessandri Zapata, vicepresidente del Comité de TI de la SNMPE en el sector hidrocarburos, afirmó que el principal reto en el sector es lograr una transformación digital que permita desarrollar habilidades de innovación, capacidades de adaptación, aumentar la productividad, generar confianza y trazabilidad en los procesos para mejorarlos, y potenciar el talento digital. Ello con una estrategia que se basa en tres ejes: personas, procesos y tecnología.
“Uno de los puntos principales que estamos trabajando es la automatización de los trabajos en los campos petroleros, donde resulta clave operar de manera remota en medio de las restricciones que impone la pandemia”, señaló Zapata. El uso de visores digitales para la supervisión remota de las operaciones y el uso de robots softwares en diferentes procesos son parte de los desafíos que deben enfrentarse, entendiendo las necesidades de la organización y las oportunidades para generar valor.
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